Lograr que los niños se concentren en sus tareas sin distraerse o conseguir que reaccionen de buena manera ante una situación que les genere tensión puede tornarse en una misión complicada.
Como respuesta a esta búsqueda de métodos para ayudar a los padres, ha surgido el mindfulness que para muchos expertos es una herramienta poderosa y muy saludable para los más pequeños.
El término mindfulness se traduce como consciencia o atención plena, y consiste en una práctica que incluye ejercicios de meditación y relajación. Su objetivo es fomentar un relacionamiento directo con el momento presente para trabajar de manera consciente en el estrés, dolor y demás desafíos cotidianos. Es decir, prestar atención al aquí y al ahora, sin preocuparnos en exceso por lo que pasó o lo que pasará.
Hay un creciente número de investigaciones que indican que el mindfulness puede ayudar a los niños a mejorar la atención, a calmarse cuando están enfadados, así como a tomar mejores decisiones. También contribuye en su regulación emocional y en su desarrollo cognitivo.
Implementar el mindfulness con tus hijos puede ser muy sencillo e incluso divertido. Te dejamos una serie de ideas prácticas y fáciles.
Siéntate frente tu hijo. Establece un tiempo para que ambos se miren fijamente a los ojos sin perder el contacto o distraerse.
Esta dinámica es útil para mejorar el nivel de atención y además ayuda a crear mejores vínculos afectivos entre los miembros de la familia.
Con este ejercicio los niños empiezan a aprender a estar atentos y a ser conscientes de su respiración.
Dile que empiece a respirar y que se fije en cómo su amigo sube y baja a medida que entra y sale el aire de sus pulmones. Esta es otra buena forma de ayudarlo a concentrarse mejor.
Así aprende a ser consciente de su entorno y a darle valor a lo verdaderamente esencial.
Este método ayuda a reducir los estados de ansiedad, enojo e hiperactividad en los niños. Te explicamos abajo cómo puedes hacerlo.
Tomado y adaptado de: elefantezen.com