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La alimentación de nuestros hijos; reflejo de hábitos presentados en casa

La adopción de hábitos alimentarios saludables por parte de nuestros hijos son reflejo de la responsabilidad y competencia que la familia tenga ante esta; la cual es una labor importante, un tanto compleja, y que en la mayoría de veces genera impotencia porque se conocen que alimentos son adecuados para los niños, pero estos no son consumidos.  Entonces, para lograr que los niños elijan alimentarse sanamente, es importante reconocer que esta tarea requiere de tiempo y dedicación. Al principio será duro, pero conforme se avanza se vuelve agradable. Siendo fundamental que, una vez se ha alcanzado el objetivo, no hay que desentenderse y dejar de hacerlo.

Se sugiere visualizar todo como un camino, y en todo camino hay altibajos, puesto que habrá ocasiones en que el niño come sin problema los alimentos que se le presenten. Aquí, es primordial entender que una de las dificultades radica en que el niño a los dos años no es el mismo a los seis. A esta edad, ya comparten comidas con sus compañeros del restaurante, ya empiezan a ser conscientes de las preferencias alimentarias de los demás, y suelen copiar los comportamientos de sus iguales al querer ser como sus amigos. Por lo tanto, una de las recomendaciones es no llegar a ignorar la presión que en cierta medida realiza el entorno, y tomar esto como algo positivo, es decir, si los niños a esa edad le prestan tanta importancia a sus referentes (amigos), por qué como padres no nos convertimos en esa figura para los niños.

A continuación, se explican una serie de pasos que aportaran ideas para que nuestros niños opten por comer saludable:

  • Tomar conciencia: como adultos no es usual que prestemos atención a lo que comemos, ni ser consientes si nuestra alimentación es o no adecuada. Ya es diferente cuando ese adulto se convierte en padre, pues se hace consiente. Entonces, ¿comer saludable es algo importante para ti y para tus hijos? ¿qué ejemplo le estas dando a tus hijos respecto a la comida? Queda claro que, si tus hijos te ven feliz de llevar un estilo de vida saludable, tus hijos estarán más motivados para seguirte. Es decir, que así la preocupación sean tus hijos, el cambio lo inicias tú mismo, y es necesario valorar qué ejemplo le estas dando al niño.

  • Asumir responsabilidad, pues cada quién es responsable y capaz de conseguir los objetivos que se propone, y es mayor la motivación con aquellos compromisos que adquirimos nosotros mismos que con los que se nos imponen. Igual pasa con nuestros niños, y específicamente en alimentación en el artículo Motivational interviewing for pediatric obesity: Conceptual issues and evidence review sugierenes más acertado apostar por procesos en que los niños escojan por sí mismos comer saludablemente que obligarle a ello”.4 Escoger comer saludable es muy diferente que tener que comer saludable.

Al elegir por sí mismo comer sano, yo soy responsable de conseguir mis objetivos. Sin embargo, cuando el objetivo es que tus hijos coman saludablemente, el asunto se complica porque en realidad no eres tú el que tiene que alcanzarlo, sino ellos; por lo tanto, el objetivo perseguido está fuera de tu control, es decir no depende completamente de ti. Entonces, ¿qué hacer para que nuestros hijos coman saludablemente? El papel como padres consiste en ofrecerle responsablemente al niño un entorno más seguro para que pueda elegir entre opciones correctas.

Es importante decidir dónde están los límites y dárselos a conocer cuando sea necesario. Eso significa aprender a decirle “no” a tu hijo cuando la situación lo requiera: en este momento no te compro dulces y/o golosinas que vienen con juguetes, ahora no vas a hacer uso de videojuegos, no te dejo mi teléfono móvil, etc. Básicamente se busca que entendamos que el estilo de crianza que predomina en el hogar, es determinante a la hora de desarrollar competencias emocionales, hábitos de alimentación y vida saludables.

  • Tener confianza, es decir, hacerse responsable de afrontar los propios desafíos pensando que las cosas van a salir bien. La confianza es el ingrediente que te impulsa a preservar la idea de comer saludable, e implica adquirir el compromiso de dar lo mejor de sí mismo. En este aspecto es fundamental desarrollar habilidades comunicativas esenciales con nuestros niños como:
  • Sentir ese vínculo que existe entre padre e hijo, sin necesidad de forzarlo.
  • Escuchar activamente, se trata de parar de hacer lo que estás haciendo y presentar atención al niño. De esta forma el niño se siente respetado, comprendido y valioso.
  • Formular preguntas en lugar de darle al niño directamente las soluciones.
  • Ponte en su lugar, antes de juzgar, haz el ejercicio de ver el mundo desde su punto de vista.
  • Dar feedback, es decir, devolverle sus propias palabras, gestos, y también las emociones que has captado que está sintiendo; con el fin de motivarlo, o para hacer que sea consciente de sus logros y sus puntos fuertes.
  • Orientarse a soluciones, es buscar alternativas; y un ejemplo sencillo para explicar esto es cuando tu hijo al momento del refrigerio te dice “no quiero durazno”, entonces pregunta sobre que otra fruta prefiere. O ese día simplemente te comes tu esta fruta, para que vea en ti el ejemplo, y mientras saboreas, simplemente le ofreces un trozo. Otro día lo invitas a que te acompañe al mercado para que participe en la elaboración de los menús y se sienta más implicado. Con alternativas como estas se cobra significancia el tomar decisiones basadas en los valores de los padres; estos valores que llenan de significado la vida, y aunque son abstractos e intangibles, en realidad se pueden conocer en la cotidianidad.

Al entender los valores como cualidades, y no como reglas, estos se pueden trabajar en cada momento, y una forma de llevarlo a la práctica seria:  el objetivo puede ser comer más verdura, y el valor, llevar una alimentación saludable. Entonces, es común encontrar que los niños también tienen sus propios valores y motivaciones para querer comer saludablemente y pueden ser muy diferentes a las de los padres, como lo muestran los resultados en el artículo Motivational interviewing for pediatric obesity: Conceptual issues and evidence review, donde se analiza la motivación de padres e hijos para comer saludablemente en el estudio piloto llamado Healthy Lifestyles Pilot Study:

VALORES DE LOS NIÑOS

VALORES DE LOS PADRES

VALORES DE LA FAMILIA

Estar sano

Ser buen padre

Estar cohesionados

Estar fuerte

Ser responsable

Estar saludables

Tener muchos amigos

Tener disciplina

Hacer las comidas en armonía

Tener un cuerpo musculoso

Ser buen esposo/a

Llevarse bien

Tener la autoestima alta

Respetar el hogar

Pasar tiempo juntos

Ser respetado

Ocuparse de las cosas

Ser capaz de comunicar los sentimientos

No sentirse excluido

Tener espiritualidad

Cumplir con nuestro potencial

Tomado de: Motivational interviewing for pediatric obesity: Conceptual issues and evidence review

De esta manera, y según la anterior revisión. Los invito a pensar y actuar sobre: ¿Cuáles son los valores que pueden motivar a tu hijo a comer saludablemente?

María Isabel Rodríguez Bautista – Nutricionista Newport School

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